Cuando tenemos que hacer un regalo siempre nos vemos en la tesitura de si gustara o no al que lo recibe, a veces el dilema es tal que ya prácticamente todos los comercios habidos y por haber tienen la opción de poder adquirir una tarjeta regalo y así evitarnos el marrón de seleccionar un articulo que al final corre el riesgo de acabar siendo devuelto o cambiado por algo.
Aunque a veces ocurre que el regalo en cuestión esta tan bien elegido y pinta tan bien que no existe la mas mínima intención de cambio y si ya pinta bien en el momento de la entrega, ni te cuento en el momento de disfrutarlo.
Es exactamente lo que ocurrió con el regalo de la experiencia de Cabanyes entre Valls.
Cuando haces una reserva con tanta antelación nunca puedes saber cuales serán las circunstancias de la estancia, aunque siempre te lo imaginas e idealizas sobretodo viendo las fotos de los demás en Instagram. Y aunque hay que decir que nuestra experiencia en Cabanyes entre Valls, no tenia precedentes en redes sociales , al menos que nosotros conociéramos, se acabó convirtiendo en una gran experiencia sobretodo humana.
Nuestra reserva tuvo lugar uno de los días mas lluviosos de Junio del 2023, después de no se sabe ni cuantos días sin llover, justamente ese día cayeron una barbaridad de litros, tantos que para mala suerte nuestra cuando llegamos al camino estaba todavía anegado de agua, esto aun era salvable, y ademas con algunos árboles caídos en desprendimientos que nos impedían el acceso a las cabañas. ( esto otro de salvable nada).
Por suerte para nosotros la casualidad quiso que llegáramos dos huéspedes a la vez y así fue más fácil para los responsables del alojamiento localizarnos, estuvieron muy atentos en todo momento, manteniéndonos al corriente de la situación. Finalmente y cuando ya nos pensábamos que tendríamos que buscar una alternativa para pasar la noche, nos avisaron de que iban a probar algo que luego resultó ser la solución.
Una persona del equipo de las cabañas se armó con una excavadora y se ocupó de habilitar el camino que había quedado cortado por árboles y una gran cantidad de barro y piedraque se habia de la ladera superior del camino por las cantidades de agua que habían caído aquel día.
La entrada a nuestro maravilloso regalo fue triunfal, parecíamos una comitiva o una procesión, ya que a medida que pasaban las horas la gente que tenía reserva se fue añadiendo hasta completar la totalidad de los alojados aquella noche allí.