fotografía by Jordi Picart |
La llamada del bosque en otoño
A veces el cuerpo pide a voces cosas, y aunque somos expertos en hacernos los sordos, muy en el fondo, somos conscientes de que hay que obedecer…
La mayoría de nosotros somos unos verdaderos maestros del despiste, hacían nosotros mismos, nos hacemos los locos y postergamos una y otra vez, con un montón de excusas, casi siempre muy validas, pero que al final nos acaban haciendo nada más que un flaco favor.
La naturaleza es sabia, en mi caso, como reza la frase, “la cabra siempre tira al monte” , pues ahí es donde acabo yo, en el monte, con la cámara de fotos y a lo que diga la suerte.., porque si una cosa tiene la fotografía de naturaleza es que por más que te prepares, nunca sabes al cien por cien lo que te vas a encontrar.
Como vengo diciendo y ya sabéis, últimamente me ha dado por las setas, que este año han aparecido un poco pronto pero esta todo plagado, solo hay que saber buscar y si ademas las que buscas no suelen ser las más » solicitadas» pues mejor que mejor.
¿que hay mas beneficioso que una caminata por el campo? y si ademas vuelves con alguna que otra foto guay y una tapita de setas ¿que más se puede pedir?
Granada en blanco y negro
belleza tóxica
Buscando setas
Como ya comenté en la entrada anterior , el otoño me parece, a nivel personal, la etapa mas propicia para la fotografía de naturaleza. Ademas de los colores y las luces tan llamativas y mágicas para la fotografía, hay algún que otro ser vivo más que fantástico para practicar esta afición tan maravillosa.
y si ademas te inspiras en algún fotógrafo de micología que hace magia con la luz, de lo único que tienes ganas es de practicar, practicar y mejorar.
Al final sólo pueden salir cosas buenas, una ración de naturaleza, alguna que otra caminata y puede que incluso alguna foto buena. Lo importante es disfrutarlo mucho.
Atisbos del otoño
Dicen que el otoño es la época propicia para los fotógrafos de naturaleza, ya sea por los cambios de color en los árboles, la caída de las hojas en los caminos, la fluencia de setas por los campos, la suavidad de la luz…, el paisaje de viste de gala y la cuestión es, que el otoño invita a apurar las horas de sol e ir pensando en recogerse. Menos para los aficionados a las fotografías y a la micología, estas dos especies son las únicas ávidas de que llegue el fin de semana y haga un poco de buen tiempo, para echarse al campo en busca de sus presas. En el caso de los fotógrafos haya más posibilidad de éxito en la caza.
Mientras llega, los más impacientes registramos con ahínco nuestros bosques, en busca de cualquier pista, que nos anuncie nuestra época preferida para desenfundar la cámara e inmortalizar esa paleta de colores, que tanto nos gusta.
ritmos naturales
Últimamente estoy dedicando tiempo, a observar, estudiar y experimentar la naturaleza, esto último cuando puedo, en todo su esplendor, me he propuesto empaparme bien de su sabiduría y aprovecharla en mi beneficio todo lo que sea posible.
Como muchos ya sabéis empecé en estas andanzas con el shinrin-yoku, aunque al final y como siempre, esta todo ya inventado, pero no por ello pierde eficacia ni interés el asunto.
Es interesante saber como funciona el mundo y resulta sencillo que la mayoría de las veces no tengamos ni idea de lo que ocurre silenciosamente a nuestro alrededor, tanto avance nos ha hecho perder el ritmo natural de la vida. No esta de más a veces volverlo a recordar. La mayoría de las veces tenemos mucho que aprender de ella.
Volver
Al final siempre volvemos… volvemos a los principios, volvemos la vista atrás, volvemos a llevar nuestros pasos a esos lugares donde hace años nos invadió aquel sentimiento de inmensa felicidad.
Volvemos para que los recuerdos vuelvan, nos invadan, nos sobrecojan, nos sorprendan. Todos tenemos un sitio donde hay que volver a pesar del miedo, a pesar del dolor, a pesar de todo, porque la vida sigue y ahí están esos recuerdos, esas vivencias grabadas para siempre a fuego en nuestro ser, formando parte de nosotros, haciéndonos como somos.
Esos recuerdos por más que tardes , siempre están ahí, esperaran pacientes a que vuelvas a vivirlos, a que vuelvas a soñarlos, a sentirlos. Nunca se van a ir, van a esperar, dormidos, escondidos en lo mas hondo de tu mente, haciéndote creer que han desaparecido ya, pero un día, vuelves a ese lugar y al hacerlo, recuperas esos sentimientos, esa felicidad, esas vivencias. Y solo piensas «porque he tardado tanto en volver, había olvidado esto», y la vida y tu mente te vuelven a sorprender, dándote una gran lección.
Esos recuerdos pasan a formar parte de otros nuevos, y así sucesivamente y esa es la razón de volver, poder recordar, poder volver a sentir, aunque duela al principio, al final siempre volvemos, (o deberíamos hacerlo) porque es lo que hay que hacer para poder seguir adelante.
A través de la ventana
El postvacacional ya esta aqui.
Como ya dije en el post anterior, benditas vacaciones, pero aunque parezca mentira de eso han pasado ya casi tres semanas y con ellas las vacaciones.
Preparar la ruta previamente y visionar las fotos después, cosas que nos ayudan a ampliar mentalmente esas vacaciones, que suelen parecernos cortas. |
Una parada para tomar algo fresco en nuestra visita a la ciudad, puede servir para definir un recorrido. |
Cada uno a su rollo, para eso son las vacaciones, me gusta estar informada y registrar los detalles en mi diario para luego complementar las fotos que he ido haciendo. |