A veces la vida te ofrece segundas oportunidades, eso he podido comprobar, al menos en lo que a fotografía se refiere.
El lugar era el mismo, sin duda; lo que había cambiado era mi mirada y lo que seguía igual era la magia de la luz.
A veces la vida te ofrece segundas oportunidades, eso he podido comprobar, al menos en lo que a fotografía se refiere.
Tanto tiempo esperándola, porque este año se ha echo de rogar y parece ser que a parte de hacer una entrada triunfal ha venido para quedarse. |
Las zonas más cotidianas cambian drásticamente de aspecto. |
suele pasar en estas ocasiones que los lugares de mas difícil acceso presentan las mas bellas imágenes, como se dice comúnmente, tipo postal. |
Cada persona tiene su ritmo, incluso la misma persona puede tener varios ritmos dependiendo de múltiples factores; hay quien es muy activo ya por la mañana temprano y es super capaz de hacer de todo al minuto uno de levantarse, y hay quien no se siente persona ni después de ocho cafés.
Siempre nos han dicho que el desayuno es la comida más importante del día y sin embargo es, a veces, a la que menos tiempo le dedicamos.
A mi personalmente me encanta el desayuno, ya no tanto por el menú sino por la importancia y el placer de empezar el día dedicándote a ti en exclusiva, es como un refugio de paz donde prepararte para el resto del día, cada cual a su modo, con las noticias, mirando el Facebook, leyendo blogs, esta ultima es la mía, me suelo dar una vuelta por mis blogs de fotografía preferidos y dependiendo del tiempo restante a veces incluso, en días de fiesta o vacaciones, he llegado a poner en practica lo leído, por ejemplo en las fotos de este post, son todas de desayunos reales, (no hay nada de postureo) eso si de días de fiesta, en los que disponía de tiempo y de inspiración, porque seamos realistas la inspiración te tiene que pillar con tiempo de ponerla en practica, como decía Pablo Picasso; «la inspiración existe pero tiene que encontrarte trabajando».
Feliz viernes y felices desayunos.
Cuando algo te gusta o te atrae, irremediablemente acabas inmersa en el mundo de ese algo, aunque no hagas nada por provocar esa inmersión, simplemente sucede, sin más. Es lo que me sucede a mi con la fotografía, que a pesar de mis parones continuos, a pesar de que las circunstancias me obliguen a aparcar la cámara, siempre acaba ocurriendo algo que acaba por forzarme a volver a sacarla, a pasear ( y menos mal), en este caso ha sido el turno de la fotografía analógica, ese misterio de la era digital, porque cuando yo empecé ya estaban las tarjetas de memoria….
aunque ya hice una aproximación en su día con el capricho de la Instax mini 8 fujifim, parece ser que la vida ( y alguien más) se han propuesto que avance en el tema y no hay mejor modo para que ello ocurra que ponerme ne las manos el material adecuado.
Ahora tengo en mi poder una lomográfica intantánea…
Dicen por los miles de paginas que he investigado por internet afirman que la lomografía es un arte (cosa lógica por otro lado ya que la fotografía lo es) y que existen 10 reglas básicas que paso a trasmitir, varían mínimamente de una web a otra pero muy mínimamente.