2018 un buen año de fotografías y algo más….

Tal y como corresponde a las fechas en las que estamos y como todos los años,  hoy hago mi particular resumen de lo que ha sido para mi el 2018, en este caso en lo que a fotografía se refiere, aunque en este año, la fotografía ha pasado a ser algo más que simples imágenes capturadas.  Mi insistencia, a veces incluso obstinación de hacer caso a mi intuición, aunque suene a frase peliculera, ha surgido su efecto, y beneficio en este caso, la verdad porque ha sido un año de cambios en mi vida y en todos ellos me ha acompañado e incluso me atrevería a decir precedido, la fotografía.

Y a pesar de que alguien, a quien precisamente también conocí este año, me dijo que los mejores momentos no se fotografían o dado el caso no se publican, porque estas ocupado viviéndolos,  está claro que  últimamente con lo de las redes sociales hay una ligera linea entre lo que es sólo para ti y lo que compartes con el mundo, pero también está claro que esa linea la marcas tu. (Ahí dejo abierto el debate)
La fotografía es una afición que en mi caso me ha aportado mucho, muchísimo beneficio y que aún me  lo sigue aportando, es importante conocerse a uno mismo y que cada cual escoja para ello el medio mas adecuado, a partir de ahí cada cual ya decide lo que hace después con ese conocimiento.
Personalmente un día elegí la fotografía para ello y a día de hoy me sigue dando sorpresas y enseñándome cosas de mi misma día a días.
Después decidí compartirlo con quien quisiera leerme en este blog.
Este 2018 ha sido el primer año que trabajo en un proyecto fotográfico personal y debo decir que a pesar de mi falta de experiencia al respecto, me ha sorprendido gratamente el resultado, y no solo en lo que a técnica se refiere, sino también  en el ámbito personal,  por supuesto. (y este si que no se hace publico o si, ya se verá mas adelante):
La cuestión, como siempre digo es conocerse, ser consciente de uno mismo y de lo que hace y del porque lo hace.
Feliz 2018 a todos.

salir corriendo

fotografía by Jordi Picart 

Hay veces, en las que la vida, te pone en situaciones de las que parece que no vayas a salir nunca; somos incapaces de ver la salida y la verdad es que la mayor parte de la veces, la vida misma te la esta mostrando, las prisas y los miedos nos ciegan y acabamos por no verla o por renunciar a salir por ella.
Se me fue la fuerza por la boca, tanto que quedé exhausta; deje de gritar, las lágrimas se acabaron secando, ya vacía y sin aliento todo se sumió en un silencio, dejé de oír ruido fuera y se empezó a escuchar lo que había dentro.
De entre el mejunje de sentimientos, uno de ellos se abrió paso; el miedo fue el que salió primero, aunque esta vez no era uno sino dos. Dos muy grandes, dos miedos que luchaban entre si porque llevaban a destinos opuestos. Uno forzaba a correr sin destino, solo correr pero muy lejos de allí. El otro me animaba a esconderme , callar y esperar que todo hubiera pasado.
Por primera vez en la vida, el miedo a quedarse fue mayor al de aventurarse a lo desconocido. Sabido era ya de sobras lo que esperar si se quedaba, esta vez salir corriendo era más seguro que permanecer allí y volver a caer, en ese pozo en el que un día ya estuvo atrapada. 
Esta vez la experiencia le estaba recordando que el fuego quema porque ya se había  quemado antes.
Y aunque el paso del tiempo cierra las heridas, las cicatrices quedan en el alma y sólo accedemos a ellas a través de ese dolor, que te lleva a ese miedo y hay que ser capaces de sentirlo para después dar ese paso. Soltar esas cadenas qué nos atan a castillos en el aire, con ataduras de miedo.
Hay que ser capaces de mirarnos al espejo, mirar donde siempre evitamos mirar y hacernos esa pregunta a la que tanto tememos responder, solo así encontraremos la verdad. 
A veces no es necesario saber lo que queremos, basta con saber lo que no queremos.