¿A veces no notáis que habéis perdido el norte? ¿que por mas que lo intentéis, no conseguís concentraros? o ya simplemente centraros, ¿que la vida diaria con su estrés os absorbe?
Vamos corriendo de un lado para otro, todo el día con cosas que hacer y siempre postergándonos a nosotros mismos.
¿Nada nuevo no? eso es el día a día de mas de uno y de dos. evidentemente el mío también.
Cada uno tiene la capacidad de saber buscarse y ayudarse a si mismo del mejor modo posible. A veces ocurre, que en realidad siempre hemos sabido lo que nos sienta bien, lo que nos gusta, lo que nos cura, pero a veces se nos olvida.
Este ha sido mi caso con el shinrin-yoku, los baños de bosque.
La lectura de estos libros me ha recordado algo que yo, innatamente ya sabia, algo que inconscientemente buscaba porque me hacia sentir mejor, pero sin saber porque, simplemente por instinto, como cuando te tomas un medicamento pero no sabes que lleva para curarte, pero aun así lo hace, y te lo tomas por eso, pues igual.
El contacto con la naturaleza, en mi caso, siempre ha sido mas que necesario, algo que sin saber porque, el cuerpo me pedía cuando algo no funcionaba bien. (y lo sigue haciendo).
Leyendo estos libros de shinrin-yoku he llegado a entender el beneficio que me llegaba a aportar sumergirme en la naturaleza y a su vez el porque lo necesito tanto.