Siempre se ha dicho que el otoño es una época especial para los amantes de la fotografía.
El bosque nos brinda una diversidad de colores maravillosa y el tiempo, a veces, aun nos regala algún que otro resquicio veraniego, en el que poder salir disfrutar del espectáculo que nos brinda la naturaleza, que se prepara para un aletargado invierno.
Bosques en tonos ocres son los símbolos inconfundibles de esta estación, tan fotogénica. Las luces, un poco mas suaves que en el verano, acaban de preparar el mejor escenario para la magia.