Dicen que a la tercera va la vencida y en mi caso concreto, así fue.
A principios del mes de Junio he tenido la oportunidad, por fin, de volver a mi querido Congost de Mont-rebei, desde que lo descubrí hace años en aquella revista: una revista, google maps y empieza la aventura y mas tarde, lo visité y se ha convertido casi en una especie de obsesión, (lo de mis lugares favoritos se queda corto)
En esta ocasión hubo un poco menos de improvisación y por tanto algo mas de preparación.
Incluso pudimos pasar la noche allí…. cerca, ya que dentro del mismo Congost esta prohibido hacerlo, bajo peligro de denuncia, según nos informaron.
Siendo así merece la pena despertarse, cuanto mas cerca mejor, para poder afrontar, cualquiera de las rutas que te frece este maravilloso lugar, lo más despejado posible.
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Una vez iniciada la ruta, podemos escoger itinerario en función de nuestras preferencias, también a la entrada te dan un tríptico muy útil para la visita. |
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Uno de los puntos de interés de la ruta, el puente colgante… antes de que preguntéis, SI, es obligatorio cruzarlo, no hay otro modo de acceder al congost, de ser así yo misma hubiera tomado esa ruta. |
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Segundo puente colgante de la ruta, no por ello impone menos respeto que el primero. |
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Uno de los puntos mas interesantes y famosos o de la ruta, la escalera encaramada en la pared, esta al final de la ruta, al otro lado del puente de la foto anterior, en el que dimos por finalizada la nuestra. |
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Lo mejor para finalizar una ruta es un buen túper de macarrones a la boloñesa, para reponer fuerzas. |
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El fin de la ruta te suele dejar unas botas, bien embarradas que junto con las agujetas suelen ser señales del trabajo realizado., en este caso muy satisfactorio. |
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