Nos aferrábamos al exterior por medio de ventanas, balcones, terrazas, cada cual con lo que le había tocado en esta nueva lotería donde los premios consisten en metros cuadrados al aire libre.
Lo que iban a ser 15 días, pronto aumentaron a otros 15 y luego unos cuantos más y así llegamos a día de hoy a los 57 días.
Con la vista en el futuro también desconocido que nos traerá vete tu a saber qué, me detengo un poco en el pasado, este pasado reciente y en todo lo ocurrido, completamente segura de que comparto intención con mucha gente que forma parte de esa tribu que a veces sentimos a través del sensor de una cámara y necesitamos de ella para poder expresarnos.
Todos hemos pasado fechas señaladas en casa sin poder compartir con los demás y todos hemos buscado el mejor modo de paliar esos momentos en los que no estábamos espléndidos precisamente, en mi caso me he refugiado, como no, en la foto, con la gran diferencia de que esta vez y como gran novedad, el objetivo me apuntaba a mi,( tampoco había mucha alternativa, la verdad, la gata se mueve demasiado). En su mayor parte, las fotos reflejan la acción que estaba llevando a cabo, como buena escapista de objetivos que soy no tengo ni la más remota idea de posar (seamos claros, se me da fatal) así que la solución una vez más, era la acción.
Respecto a este auto acompañamiento, mi cuarentena empezó mirando hacia afuera a través de la ventana, continuó volviendo la mirada hacia el interior con la cámara como intermediario para llegar a mirar desde dentro hacia afuera sin cámara y sin nada. No se cual ha sido la etapa más difícil de todas, tengo mis sospechas pero me las quedo para mi.
hoy por hoy l tengo la sensación de que efectivamente he experimentado algún tipo de cambio, haciendo recuento si que me da la impresión de que esta situación habrá marcado un antes y un después, quizás no sólo a nivel económico esperemos que a nivel emocional también.
Y a ti ¿te ha cambiado en algo la cuarentena?