El origen

Allí estaba, parada frente a la puerta, dudando a estas alturas de que hacer, si subir las escaleras o echar a correr en dirección contraria. De repente una canción retumbaba en su cabeza una otra vez aquel estribillo, había aparecido sin más y no podía deshacerse de él.
 «y no he terminado de aprender a caminar sin agarrarme a ti, un millón de sueños, antes de empezar a caminar voy a contarte….»
Había llegado muy tarde y sus miedos se habían echo realidad, se había pasado la vida postergando aquella visita, siempre ocupada, dejándola para después, sin pensar que algún día seria tarde.
En la casa ya no quedaba nadie, nadie que le pudiera explicar su origen, su historia, nadie le iba a explicar ya nada de aquel pasado que desconocía.
No sabia que lo peor que había en esta vida era la sensación de llegar tarde, sentir que ya no había nada que hacer, de arrepentirse de lo no realizado y ya no poder hacer nada; solo hay una cosa sin solución reza el dicho popular y esa es la muerte.
A su edad estaba aprendiendo una gran lección, la más dolorosa, porque la verdad es que su aparente indiferencia se estaba deshaciendo y era ella, sin estar presente la que se la había enseñado, ya no había marcha atrás, nunca más tendría la oportunidad se había ido para siempre, junto con ella.

Perderse para encontrarse

Foto by Jordi Picart
Foto by Jordi Picart 

En un arrebato de ira, producido por el agobio de querer decidirse y no verse capaz, dejó de mirar el  el cartel y se puso a caminar sin rumbo.
Se suele decir que es necesario perderse para encontrarse, aunque la realidad puede que sea más bien, que si te pierdes es porque ya te has encontrado. Y que ya ha existido la necesidad consciente de buscarse, siendo ésta en si misma, señal de estar en el camino correcto.
Cuesta dejar fluir, parece mentira que sea tan difícil no hacer nada, es tan complicado…
Dominar la mente para que no sea ella la que te domina, aunque es cierto que tampoco es imposible, lo que pasa es que requiere tiempo, ese tiempo que siempre añoras cuando no dispones de él, que cuando lo consigues no sabes aprovechar y que paradójicamente, acabas perdiendo.
Resulta difícil disfrutar del presente pero si de verdad aprendes a dejar fluir, a dejar que todo ocurra sin más, todo acaba saliendo solo. Porque esa resistencia a que todo surja sin más, como seres impacientes por naturaleza que somos, hace que nos bloqueemos. Y si resulta que al final si lo consigues y acabas dejándote llevar todo acaba surgiendo, como por arte de magia, todo eso que se bloquea cuando intentamos forzarlo, acaba fluyendo si realmente lo dejas, es como intentar que una flor crezca cuando tú quieres, es ir contra natura… y contra natura es una dirección que tomamos muy a menudo.

Como bien reza la conocida frase, después de la tormenta siempre llega la calma…( inevitablemente mi cabeza siempre acaba esta frase con la canción de Alejandro Sanz) … como digo es inevitable.
En esa calma, en esa sensación de tranquilidad…. lo único que se te pasa por la cabeza, una y otra vez, es que eso no puede ser malo. Algo que te mantiene tan tranquila y sosegada no puede ser nunca perjudicial, es de lo que te intentas convencer mientras viajas en esa montaña rusa sentimental, a la que de pronto te has visto subida, sin recordar haber comprado una entrada.

En esa calma te das cuenta de que muchas cosas que consideras perjudiciales, tampoco son tan malas. Que sentirse perdida, no es tan malo, que pararse a coger aire no es una pérdida de tiempo sino que muy al contrario; es algo a veces muy necesario.

Granada en blanco y negro

La verdad es que no suelo hacer fotografía en blanco y negro. Tampoco es que la descarte del todo, pero si es cierto que no es a lo que más me dedique. 
La cuestión es que estas últimas vacaciones ha habido oportunidad de todo, y por tanto también de hacer pruebas, dentro de las cuales ha tenido lugar la experimentación con el blanco y negro. Aqui os dejo alguna muestra de ello. 

De retos fotográficos y de instagram

Esta semana pasada fui «víctima» de uno de esos ataques, que al principio consideras una mala jugada pero que según como te lo tomes es posible darle la vuelta a la tortilla y sacarle el máximo de provecho.
Estoy hablando del reto de colgar durante 7 días 7 fotografías en la red social Instagram, las cuales han de ser en blanco y negro, pertenecer a tu día a día y carecer de cualquier tipo de etiqueta, explicación o palabra que pueda describirla.
Al principio, debo reconocer que me pareció un verdadero fastidio, por no decir otra cosa mas malsonante, el tener que añadir una tarea más a mi día a día. Más que nada porque si te comprometes a algo, por pequeño que sea, comprometido estas, y has de hacerlo. Al menos esa es mi forma de verlo.
Tardé un par de días en reaccionar y decidir si aceptaba o no el reto. Finalmente lo acepté, pero además para mi misma, como una obligación a pensar  y dedicar, durante unos minutos al día a lo que más me gusta, la fotografía.

Y con el tema de retar a otras personas igual, pensé que si para mi había sido útil darle un enfoque productivo, también podría serlo para alguien más, así que animé a gente que sabia de cierto que le gustaba la fotografía, con la mejor de mis intenciones, debo añadir.
 Gratamente he descubierto que la mayor parte de ellos, (solo hay uno de ellos que no se lo ha tomado así, y otro que ha tardado en asimilarlo tanto o mas que yo) han aceptado el reto y se lo han tomado la mar de bien. Sólo espero que les sea igual o mas provechoso de los que me ha sido a mi. 

Blancos y negros en Delta del Ebro

Estos días estoy de escapada, como no fotográfica, que personalmente es lo más relajante que existe,  cerca del delta del Ebro, un lugar para mi , espectacular con mucho mucho potencial fotográfico, cosa que yo todavia no se exprimir del todo, pero que aprovechando que acabo de finalizar un módulo de composición fotográfica me he planteado de lleno poner en práctica lo aprendido, para asi aprender más que siempre es posible.  Y que mejor que aqui y con la compañia que tengo, que no podia ser mejor anfitirón, sirva esto para agradecerle tanto su hospitalidad como su infinita paciencia. Gracias.