El bosque mágico de Castellfollit

Érase una vez un bosque en el qué al igual que en tantos otros se podían buscar setas, con alguna salvedad, este bosque era mágico y  aquí las podías encontrar en cualquier época del año, no necesitaban la lluvia y  además no estaban en el suelo sino en los árboles, en sus troncos para ser más exactos y eran casi casi tan grandes como ellos, pero aun así no resultaba fácil verlas. Había truco, sólo podían verse de una manera, desde un punto en concreto y mirando con los ojos de un niño.
Así que haced memoria si decidís visitar este bosque porque si no puede que os marchéis sin haber visto ni una sola seta…. no doy más pistas y si podéis ir a visitarlo porque merece la pena.

 

Un flamenco independiente

Estando en el delta y por casualidad ( o puede que no) leí una noticia de que un mes antes mas o menos había parecido en una zona en recuperación en la costa de Tarragona un ejemplar de flamenco joven.
Días mas tarde y cuando las circunstancias me lo permitieron me aventuré por la zona en la que decían que el flamenco en cuestión había echo parada, o quizás se quede a vivir allí. Por probar suerte, y ver si aun estaba por allí.
Al llegar lo único que vi fueron patos y una zona natural en recuperación con mucha falta de lluvia ( como la mayoría de zonas naturales este año) y ya contaba con marchar cuando al asomarme más lo vi. Menuda sorpresa. la primera sensación fue pena, la verdad, viniendo del Delta y de ver a tanto flamencos juntos, sentí un no se que. Hay días que esta una así de ñoña, que le vamos a hacer.
Me parecía que estaba super cerca, al menos esa sensación daba con el teleobjetivo. No me lo podía creer. Así que aproveché la ocasión para hacerle una autentica sesión fotográfica. Durante la cual tuvimos una animada discusión con una señora que se saltó la cuerda de protección de la zona natural y que insitía que nosotros no sabíamos quien era ella, para instarla a no entrar en aquella zona. Suponemos que el titulo del que presumía la libraba de respetar los posibles nidos de aves en la zona dunar.
Un ejemplo más del poco respeto que tiene la gente con los espacios naturales, por suerte es un caso aislado (o al menos eso espero) porque mas tarde informándome he descubierto que hay bandalismo que afecta a la población de aves en la zona. Una pena.

Las cigüeñas de Aigüamolls (Escapada a las marismas II)

Segunda entrega ( aunque no la última) de nuestra visita a Aiguamolls de l´Empordá  (Clic aquí si no has leído la primera) cómo ya comenté en el post anterior, nuestra visita al parque fue más que fructífera y como a todas las salidas fotográficas, por contraproducente que sea, se suele ir con unas expectativas más bien altas, hay que decir que el balance de la nuestra no puede ser menos que positivo alto, si es que esa valoración existe.
De todas las que vimos en Aiguamolls, el ave que más me impactó fue la cigüeña, debo confesar que llevaba conmigo muchas ilusiones respecto al avistamiento de  estas aves, más que nada por la cantidad de fotos que vi por internet antes de la visita, esto me dió una pista de lo que podría encontrarme. También es posible que fuera a causa de que en la visita al delta del Leyre me quedara con las ganas de verlas de más de cerca. 
No puedo más que confirmar para futuros visitantes que es verdad, nada de postureo, que ellas no entiende de eso, las ves y de bien cerca. ( también es verdad que en ocasiones eché en falta un objetivo de más alcance, pero eso es ya pura avaricia) y ganas de acercarte todavía más. 

Escapada a las marismas

Como os reté a adivinar en uno de los post anteriores ( si quieres leerlo click aqui ) estos días hemos hecho una escapada a Aiguamolls de l’ Empordà, otro parque natural, como no!
Aigüamolls significa marismas en catalán. 
Una marisma es un ecosistema húmedo, donde se suelen mezclar agua dulce y salada, hay plantas que crecen en el agua y sus consecuente atracción para aves y otros animales para su sustento.
Y esa fue la razón, que a su vez nos atrajo a nosotros a este maravilloso espacio natural.
En primer lugar hay que decir que los domingos hacen visitas guiadas,  y tal como ocurrió la nuestra, no puedo más que recomendarlas, valen mucho la pena.
Dejar la cámara en la mochila durante el principio de la visita, fue mi primer error, ya que a pesar de la ilusión no tenia previsto avistar nada más que algún pajarito despistado. ( por tener los pies en la tierra). Hay que tener en cuenta que son animales libres, en un espacio natural y que a veces podemos irnos a casa sin haber visto absolutamente nada. Tampoco somos novatos en estas visitas (click aqui).
Aunque esta vez ocurrió más  bien lo contrario, enseguida me di cuenta de que aquello estaba siendo una visita extraordinaria, incluso el guía destacó que la gran actividad de aquel día en el parque no era habitual. ( y fue cuando enmendé mi error y saqué la cámara)
Valió mucho la pena, como digo, la visita con el guía (Xavi se llamaba) que se encargó de que no nos faltara ningún tipo de información, tanto respecto al parque como a sus habitantes y todo ello haciendo la visita muy, muy amena. la recomiendo encarecidamente y ya de paso, puestos a recomendar, llevar la cámara en mano según os bajéis del coche.

La dunne du Pilat


Había leído bastante y había visto infinidad de fotos , tantas que quizás me sobrepase con las expectativas. (bueno esto en realidad fotográficamente hablando casi siempre acaba pasándome)La cuestión es, que tenia tantas ganas de verla, que la noche anterior a la visita programada hicimos una especie de escapada para inspeccionar la zona, de poco nos sirvió ya que apenas vimos nada. Estamos tan acostumbrados a la luz eléctrica, que en ocasiones se nos olvida que la naturaleza baja la persiana de su maravilloso espectáculo cuando el sol decide marcharse, aunque a veces la última función es la más fascinante…


las famosas escaleras, una cosa es verlas en foto y otras en directo y disponerse a subirlas, al contrario que en los edificios, aquí la alternativa a ellas es subir por la propia duna… estaba de vacaciones, no lo probé.

la mezcla de contrastes es una de las cosas que llaman más la atención. 

La mejor parte de la función empieza justo cuando el sol se marcha. 

La luna decidió unirse al espectáculo justo en la últimas luces.

Todo intento por mostrar la inmensidad de la duna fue poco, ese puntito de ahí es una persona.

Y descubrí otro delta…

La reserva ornitológica del Teich es un parque Ornitológico ubicado en el delta del río Leyre, en la Aquitania.
Allí acudimos cargados con nuestros equipos de foto, un buen calzado y el estomago bien lleno, que nos esperaban, según la información consultada unas 6h de caminata.
El lugar prometía…
La mayor parte de los fotógrafos de allí disponían de unos super objetivos, a los cuales yo no podía hacer ni sombra con el mío, aun así,  contenta de los resultados a pesar de mi «precariedad» de material. ya que sólo disponían de un tele objetivo 45-200 al que le voy a estar eternamente agradecida.
Cada vez tengo mas claro que de las experiencias se aprende, a un parque ornitológico o cualquier lugar donde se aspire a ver y fotografiar aves hay que llevar, el objetivo mas grande del que se disponga, y aun así el del al lado llevara uno mas grande. y también necesitaras la mayor paciencia posible.

Los habitantes de la zona no estaban dispuestos a dejarse ver así como así.


 

Una de las cosas que más me llamó la atención, fueron los reflejos del agua, que según a que hora parecía un espejo para los habitantes del parque.  

Parque Nacional de Aigüestortes y lago de San Mauricio

Se acerca el buen tiempo, o al menos eso nos quiere hacer creer el calendario… ¡ y las ganas que tenemos!
La cuestión es, que al primer rayo de sol,  algunos nos volvemos locos y hacemos lo imposible para que «nos de el aire», salir al exterior y recorrer el mundo. 
Una de esas escapadas, que recordaba muy vagamente y con mucho cariño, es el parque nacional de Aigüestortes con su lago de San Mauricio, uno de esos destinos populares por bonito y accesible sin demasiadas complicaciones, tanto por distancia, como por desplazamiento, se puede ir y volver, desde casa en un mismo día,  pero  una noche fuera siempre da esa agradable sensación de prolongar el finde. 

El parque dispone de múltiples entradas y de múltiples rutas con distintos niveles de dificultad.
Nosotros hicimos la mas popular, tanto por accesibilidad desde donde nos encontramos como por bajo nivel de dificultad. la que lleva al lago de Sant Mauricio, como digo tiene un bajo nivel de dificultad, que para el comienzo de temporada va perfecto si hibernáis como los osos a nivel deportivo, como yo. (aunque esta visita fue en agosto, tampoco es que estuviera yo muy atlética) aun así es accesible e incluso han habilitado unos jeeps, no se disfruta tanto de la ruta, pero también es una opción.

La cascada de la ratera es el segundo punto de interés de la ruta de parada obligatoria, a unos 20min del lago de san Mauricio, también la encontramos masificada, pero con un poco de paciencia…. 

El lago de la ratera es el tercer punto de interés de la ruta que elegimos, y en nuestro caso el último, a 20min de la cascada y a 50 del lago de San Mauricio, vale la pena la caminata, por el paisaje, la tranquilidad y por hacer nuevos amigos, incluso.  

Evidentemente  y como en cualquier ruta, cuanto más subes, menos cantidad de gente te encuentras. No es que sea antisocial pero a veces la naturaleza masificada me da una sensación un poco desagradable, supongo que es mi parte egoísta de querer disfrutar toda aquella inmensidad a solas.
Una de las características del parque son los árboles muertos, al tratarse de un espacio natural no esta explotado por el hombre de modo que los arboles se descomponen, aportando sus nutrientes a la tierra y donde intervienen insectos bacterias,  que a su vez sirven de alimento a los pájaros que habitan en el parque. 

 Els Encantats (los encantados) cuenta la leyenda, que son dos cazadores petrificados que en una fiesta, se fueron a cazar en lugar de ir a misa. 
Recuerdo haber acabado completamente agotada, pero las sensaciones (y las fotos) que te llevas del parque, te alivian aquellas agujetas tan tremendas.

El mar, no sólo en verano

A veces da la sensación de  que las cosas solo están ahí durante una temporada, y luego desaparezcan, ocurre mucho con la playa y el mar, como lo habitual es que lo pisemos durante los meses de bonanza el resto del año es como si desapareciera. (al menos para los que vivimos un poquito lejos de la costa).
Este año he tenido la oportunidad de visitar la costa en varias ocasiones fuera de la temporada típicamente veraniega, y la verdad es que no sabría elegir que época me gusta más.