Hay veces, y estoy segura de que esto le ocurre a todo el mundo en la que descubres que un lugar es mágico, asi sin más, porque estas cosas para tener ese calificativo es imprescindible que tengan poca explicación, por no decir que ninguna.
Esto me ocurre a mi con un pueblito remoto, colgado de una montaña de les Valls d’ aguilar, que se llama Miravall.
Es el pueblo de origen de mi tio, donde ya no habita nadie pero donde la esencia de pueblo y tradición persiste y se hace notar cada vez que algun ser humano pisa su suelo.
Evidentemente soy consciente de que esa sensación de paz, tranquilidad y sosiego no la aporta sólo el lugar sino también la gente que te acompañe y que ayuda a crear ese ambiente tan agradable… (que no haya cobertura en todo el pueblo también debe ayudar)
Una vez más llego a la misma conclusión, la magia la tienen las personas después solo hacen que trasladarla al ambiente para que cualquiera que se encuentre alli pueda contagiarse si asi lo desea.