El bosque mágico de Castellfollit

Érase una vez un bosque en el qué al igual que en tantos otros se podían buscar setas, con alguna salvedad, este bosque era mágico y  aquí las podías encontrar en cualquier época del año, no necesitaban la lluvia y  además no estaban en el suelo sino en los árboles, en sus troncos para ser más exactos y eran casi casi tan grandes como ellos, pero aun así no resultaba fácil verlas. Había truco, sólo podían verse de una manera, desde un punto en concreto y mirando con los ojos de un niño.
Así que haced memoria si decidís visitar este bosque porque si no puede que os marchéis sin haber visto ni una sola seta…. no doy más pistas y si podéis ir a visitarlo porque merece la pena.

 

Desconfinando la cámara

Una de las cosas que mas he echado de menos estos días de confinamiento ha sido salir a pasear por la montaña, no poder respirar su aire ( aunque sea con mascarilla) era algo que me estaba empezando a pasar factura. Por suerte hoy hemos podido poner remedio a eso y a pesar de que ha sido complicado encontrar un sitio para estar mas o menos tranquilos, cosa por otro lado normal ya que entiendo que mas de uno y de dos estarían como yo, hemos podido aprovechar la mañana dando un paseo y haciendo (POR FIN) alguna que otra foto macro, ¡Si claro, como no! también he desconfinado el macro. 

Grandalla (Narcissus poeticus)

Grandalla (Narcissus poeticus)

Orquídea piramidal (Anacamptis pyramidalis)

Orquídea piramidal (Anacamptis pyramidalis)

Un viaje al fondo del mar

Lejos de lo que pueda parecer no, no me he iniciado en la fotografía submarina …. se trata de una visita al Oceanogràfic de València.

Hacia ya tanto tiempo que no iba que apenas tenia un vago recuerdo de como era… ya no digamos de la experiencia. 
Lo que si que tengo claro es que cada vez es diferente y te fijas en otras cosas, a veces sufro cierta animadversión a repetir visitas cuando viajo a los sitios, se me ocurre que quizás es porque tengo la sensación de que hay muchas más cosas que conocer que tiempo y que algo te estas perdiendo si vas siempre a los mismos lugares.
la cuestión es que a veces merece la pena repetir lugares porque la experiencia cambia cada vez y eso es lo que importa.

Un lugar al que escaparse

Todos tenemos, o al menos deberíamos tener, un lugar al que escaparnos de vez en cuando. un lugar al que además de sencillo resultara tremendamente beneficioso y que con el simple echo de saber que vas a ir ya se estuvieran recargando las pilas. Si además de esa paz, que ya de por si nos aporta el sitio podemos combinarlo con nuestra afición preferida, ¿que más se puede pedir? A veces no es cuestión de tiempo ni distancia, a veces es cuestión de crear las circunstancias adecuadas.

Buscando horizontes nuevos

 Aprovechando este tan insinuante título, en este caso de doble filo, retomo este blog que, muy a mi pesar he tenido «un poquito» abandonado.
La cuestión es, que muy en mi linea lo retomo justo a cuatro días de irme de vacaciones…. muy adecuado si, pero quien me conoce ya sabe que es un estilo muy particular mío. 
Como siempre, y quien no, a cuatro días de las vacaciones sólo tengo en mente los lugares y las fotos que vamos a poder disfrutar y mientras llegan no me queda otra que recordar las anteriores, esperando que pasen los días y los casi 1000km que nos separan de las próximas. 

Descubriendo Zaragoza III; El monasterio de Piedra

Paraíso natural, donde el romper del agua te acompaña todo el camino, que no es complicado y tampoco corto.

 En nuestro caso, el recorrido fue de 4,30h caminando tranquilamente y parando a hacer fotos, por el parque y media hora mas disfrutando del espectáculo de la exhibición de las aves, esto ya sentados, que buena falta nos hacia. 
El lugar es ideal para senderistas, amantes de la naturaleza, fotógrafos y cualquier persona que disfrute estando al aire libre y en contacto con la naturaleza.
el frió invierno de este año se dejaba notar en arboles aun desnudos aunque algunos empezaban a florecer tímidamente.
Contrasta del parque con sus inmediatos alrededores  el contraste del verde y húmedo paisajes con lo seco del entorno que lo rodea, eso puede apreciarse más al marchar, ya que al ir, por lo menos por primera vez no se imagina uno lo que se va a encontrar, a pesar de haberlo visto una y mil veces, por internet.

La gruta Iris, uno de los lugares mas pintoresco y fotografiados del parque, realmente un espectáculo maravilloso moldeado por la naturaleza a través del tiempo.

Los tejados de Saint emilion

Una vez más, alimento mi hambre de viajar con pequeños tentempiés, de recuerdos de los viajes pasados, a la espera de nuevas escapadas.
Es otra de las razones por las que hago fotos, para recordar, para vivir el momento y después revivirlo una y otra vez, además de compartirlas, claro.
Las fotos tienen poder, te transportan de nuevo a aquel lugar, te hacen sentir lo que sentiste, en el mejor de los casos, en el peor te sorprenden porque no te acuerdas de aquello que estas viendo. (este es un caso peculiar)
A veces pienso que me encantaría ser bloguera de viajes, para estar siempre moviéndome y conociendo el mundo, pero también he leído sobre personas que han dado el salto y comentan que se sentían mejor cuando no tenían la presión de publicar sobre el viaje y que disfrutaban mas antes.
No lo se y como no lo he probado, me quedo como estoy.
Y después de esta mini reflexión personalísima, vamos a lo que nos ocupa…. este post lleva bastante tiempo siendo postergado y gracias a una amiga que me lo ha pedido hoy verá la luz. Espero que te sirva de algo!!!

la tour du château du Roy es la torre a la que decidimos subir para observar St. Emilion desde las alturas. 
Que si un lugar te enamora es por lo que te hace sentir, esta claro, en alguna que otra ocasión porque te transporta a otro al que te recuerda con su aspecto, también. este fue mi caso con St. Emilion.
Acudimos a St.Emilion ante la imposibilidad de hacer caso omiso a las miles de recomendaciones tanto leídas en internet,  en guías o aconsejadas por gente cercana que inevitablemente nos llevaban a ella. Y no defraudó, en absoluto. en nuestro caso fue visita mas fugaz que otra cosa pero la verdad es que ST. Emilion vale la pena verla a sorbitos, despacio y saborearla.. nunca mejor dicho.
Cada uno que se fije en lo que le apetezca, en mi caso, no fue para nada el vino, aunque si algunos precios para mi desorbitados que colgaban de algunos de los caldos.
Aunque para variar, los suelos empedrados, las casas y como no inevitablemente los tejados fueron foco de mi atención.
Lo ideal es empezar por decidir desde que altura quieres ver St, Emilion, desde el campanario de la iglesia o desde la torre del castillo del rey. A partir de ahí ya puedes perderte por sus calles, lo dicho sin prisa y con mucha pausa porque este lugar es para disfrutarlo.

desde allí la panorámica resultaba, para mi, encantadora. no pude apartar la vista de los tejados. 

                   

Los objetivos tampoco, hice infinidad de fotos a estos modelos inamovibles. 

Los que nos movimos somos nosotros, pero el panorama seguir siendo espectacular miraras a donde miraras.


Evidentemente lo que no podía faltar en St.Emilion son los viñedos, los que no nos esperábamos en absoluto era encontrarnos con uno tan accesible en pleno paseo por el pueblo. Y tan accesible. un verdadero placer para nuestros objetivos.

Pequeños rincones como Le clôitre des cordeliers, me pareció un lugar con mucho encanto donde podías entrar a pasear , sentarte a reposar, tomarte algo y disfrutar de una merecida parada técnica. 


En resumen lo que se necesita para disfrutar de  St.Emilion, son ganas, tiempo y dejarse los tacones en el coche, por lo demás como siempre, lo mejor es dejarse llevar y perderse. 

un paseo entre viñedos

Bordeaux es capital del mayor viñedo de vinos finos del mundo. Margaux, Pessac-Léognan, Sauternes, Pomerol, Saint-Émilion… 
Este septiembre tuvimos la suerte, de que durante las vacaciones era época de vendimia. Hubo varias oportunidades de pasear libremente entre algunos viñedos, aunque en nuestro caso, fotográficamente hablando, los más provechosos fueron los del precioso Saint-Emilion.
Aun no se el porque, como de tantas otras cosas, siempre, desde que hago fotografía he tenido una especial atracción por los viñedos. supongo que sus colores, llamativos, cambiantes, no se y además  curiosamente nunca, hasta ahora había tenido la oportunidad de fotografiarlos así. La verdad es que disfruté muchísimo con la experiencia y volvería a repetir encantada, puede que hasta pruebe el vino. 

Y descubrí otro delta…

La reserva ornitológica del Teich es un parque Ornitológico ubicado en el delta del río Leyre, en la Aquitania.
Allí acudimos cargados con nuestros equipos de foto, un buen calzado y el estomago bien lleno, que nos esperaban, según la información consultada unas 6h de caminata.
El lugar prometía…
La mayor parte de los fotógrafos de allí disponían de unos super objetivos, a los cuales yo no podía hacer ni sombra con el mío, aun así,  contenta de los resultados a pesar de mi «precariedad» de material. ya que sólo disponían de un tele objetivo 45-200 al que le voy a estar eternamente agradecida.
Cada vez tengo mas claro que de las experiencias se aprende, a un parque ornitológico o cualquier lugar donde se aspire a ver y fotografiar aves hay que llevar, el objetivo mas grande del que se disponga, y aun así el del al lado llevara uno mas grande. y también necesitaras la mayor paciencia posible.

Los habitantes de la zona no estaban dispuestos a dejarse ver así como así.


 

Una de las cosas que más me llamó la atención, fueron los reflejos del agua, que según a que hora parecía un espejo para los habitantes del parque.  

Y llegó septiembre… mi verano fotográfico.

Hace poco más de un mes, colgaba el cartel de cerrado por vacaciones en el blog.. 
Y a pesar de lo que pudiera parecer tras el post anterior, no me he ido (aun) de vacaciones. Aunque en su día y sabiendo que esto seria así, adelanté acontecimientos y me escape a uno de mis nuevos lugares favoritos, Menorca.
Eso hizo un poco más llevadero este verano de trabajo , y  la larga espera hasta las vacaciones;
con la vista puesta ya en las maletas, el equipo de foto y en el pronostico del tiempo que nos va hacer.
En lo referente al verano, ha sido todo lo que puede ser un verano trabajando, aprovechando las pocas ocasiones para sacar la cámara a pasear, sin presiones, sin nervios de lo que puede llegar a suponer la presión autoimpuesta de mantener tu blog a flote, que por humilde que sea, lleva su trabajo. Conociendo gente estupenda, participando en proyectos inigualables, viviendo experiencias nuevas y sobretodo disfrutando.