Desayuno de domingo

Aunque siempre hemos sido de madrugar la verdad es que este domingo nos hemos pasado un poco, parece que había ganas de bosque y nos hemos presentado allí cuando alguno de sus habitantes estaban aún tomando su desayuno, nuestra sorpresa ha sido lo presta que estaba y lo poco esquiva que se ha mostrado, cosa que no podíamos desaprovechar. 

 

Recuperando rutinas otoñales

«Si nos lo llegan a decir hace un año….» es una de las frases que más oigo en cualquier conversación últimamente y  es verdad que si nos lo hubieran avanzado no nos lo habríamos creído.

¿quien iba a decirnos que a estas alturas de nuestra vida tendríamos que buscar nuevos hábitos, nuevas rutinas, nuevas maneras de vivir nuestras vidas? 

Nueva normalidad insisten en llamarlo,  palabras como cuarentena, confinamiento y dentro de nada toque de queda, nos empiezan a resultar familiares. Personalmente tengo que  reconocer que a veces me cuesta un poco lidiar con lo que todo eso provoca en mi mente y que hasta mis propios pensamientos se me hacen bola.

 Por suerte para mi el comportamiento del ser humano esta compuesto de hábitos y en mi caso es muy valido ese dicho que reza » la cabra siempre tira al monte» ya que existe una costumbre en mi vida que ni es nueva ni mucho menos forzada sino mas bien todo lo contrario, soy asidua a los paseos por la naturaleza y si es con la cámara mejor. Ya hubo un tiempo en el que estas dos cosas la naturaleza y la cámara me ayudaron a superar una etapa difícil, de hecho me ha pasado más de una vez de modo que no veo porque en este caso no se pueda aplicar la misma fórmula. De hecho estoy en ello y de momento parece que los resultados hablan por  si mismos, más en unos aspectos que en otros, por supuesto.

A nivel técnico el hecho de haber cambiado de cámara y de marca me esta haciendo sentir como una aprendiz de nuevo, quizás un pelín aventajada pero aprendiz al fin y al cabo, lejos de agobiarme la situación me resulta agradable ya que el proceso de aprendizaje me obliga a estar plenamente concentrada en el momento presente, al final cada vez tengo más claro que mi terapia personal es la fotografía y que por más altibajos que tenga acabaré volviendo siempre a ella, es la historia de mi vida y lejos de querer cambiarla lo he llegado a comprender y a aceptarla como viene y dejarla fluir tal y como ella quiera. 

Nuevo otoño

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que pase por aquí, la verdad es que me moría de ganas pero han pasado tantas cosas, cámaras estropeadas, intentos de volver a la normalidad, falta de organización de escapadas o en todo caso limitación de las mismas en donde las fotos apenas tenían cabida y aunque todo ello no es excusa pasemos a las buenas noticias que es lo nuevo, la cámara nueva, a la que aun me tengo acostumbrar y las nuevas salidas fotográficas.

Este fin de semana hemos inaugurado el otoño y si, quizás un pelín tarde porque ademas viendo el tiempo que nos esta haciendo casi casi se nos junta con el invierno de modo que tendremos que saturarnos de salidas al bosque si queremos dar buena cuenta de la estación.

Descubre otras entradas de otoño.

Arte en el bosque














La semana pasada quedó inaugurada la tercera edición del Andorra landart,
evento que se viene organizando  desde el 2015 en el principado de Andorra donde los artistas exponen sus obras al publico  de un modo como bastante original. 
No se realmente por que razón me atraen este tipo de actividades, aunque este año más allá de opiniones y de gustos, encuentro que han convergido varias cosas que han dado lugar a que mi atención se centre de pleno en esta edición, incluso en plantearme más de una visita durante el verano.
Tanto el lugar elegido para su ubicación,  muy bien seleccionado, en los alrededores  del lago de Engolasters , del que he hablado en otras ocasiones, ( aquí, y aquí ) como la coherencia del mismo con la temática de esta edición.
El tema elegido es el  shinrin-yoku, del que también hablé  ya en su día cuando lo descubrí, y del que me he vuelto una verdadera fan.
Dejando aparte si te gusta o no la muestra, si la entiendes o no, simplemente el echo de visitarla en el entorno en la que esta ubicada, ya pone de manifiesto la naturaleza de su temática.
El proceso de ir adentrándote en el bosque, para ir descubriendo la fusión de sus obras con el paisaje ya es una buena iniciación en el shinrin-yoku.
En las ediciones anteriores repartieron las obras por todo el país, creando así una especie de ruta turística en caso de que quisieras verlas todas. Un año incluso, una de las obras causó bastante furor entre la población por lo llamativo, tanto de su ubicación como de su abstracción. ( a veces si no te explican que es aquello, sinceramente no lo entiendes)
Más allá de calificar o de entrar en materia con tema artístico encuentro que lo más atractivo de este evento es la originalidad de su exposición y su fusión con la naturaleza, a partir de ahí cada cual que interprete el arte a su manera.  
Lo que si recomiendo encarecidamente es que al menos reservéis un ratito para visitarla este verano, estará hasta el 14 de septiembre, se conforma de 40 obras y al estar al aire libre cualquier hora es buena. Aviso se hace corta, al menos a nosotros nos ocurrió.
 Os dejo alguna foto por si no ha habido suficiente para que os pique la curiosidad. 


el bosque en invierno

Este año no hay apenas nieve, casi titulo el post, el año que desapareció la nieve, pero tengo la esperanza de  que eso cambie.  Y mientras esperamos tiramos de archivo, que para eso está.
Como digo siempre, mi archivo fotográfico me sirve las veces de memoria y  así poder recordar con verdadera certeza qué  aconteció en tal o cual fecha.
 En el caso de este invierno, está  ya más que clara la ausencia de nieve, las fotografías no hacen más que recordarme fechas concretas de las nevadas del año pasado.
Tengo la ilusión o esperanza de que se cumpla aquel dicho de que si piensas mucho en algo, acaba ocurriendo.. y como no creo que pueda sola quiero haceros pensar a todos en nieve…
A pesar de que no me guste el frío, en estas fechas soy el colmo de la incoherencia y  me encanta salir al bosque a fotografiarlo justo después de una gran nevada, trasmite tanta paz, tranquilidad, calma.
El bosque nos transmite su estado en cada estación y en invierno nos recuerda lo importante del tan difícilmente dejar ir, hacer limpieza y dejar espacio para la renovación que acontece en la primavera.
Reservar nuestras energías, transformación interior y ralentizar nuestras vidas, limitarnos a vivir sólo el presente, así todo lo malo se transforma en bueno.
Parece sencillo pero ¿lo habéis logrado ya?

belleza tóxica

«Que se deje de setas tóxicas y traiga algunas comestibles»; es una de las frases y comentarios que más estoy recibiendo estos días, en los que mis escapadas al bosque son, casi exclusivamente, para dar caza a estos impasibles y pacientes modelos, que me tienen tan encandilada.
En esta ocasión nuestra modelo es muy llamativa, pero también muy muy tóxica. Pero queda tan bonita en las fotos…. 

Buscando setas

Como ya comenté en la entrada anterior , el otoño me parece, a nivel personal, la etapa mas propicia para la fotografía de naturaleza. Ademas de los colores y las luces tan llamativas y mágicas para la fotografía, hay algún que otro ser vivo más que fantástico para practicar esta afición tan maravillosa.
y si ademas te inspiras en algún  fotógrafo de micología que hace magia con la luz, de lo único que tienes ganas es de practicar, practicar y mejorar.
Al final sólo pueden salir cosas buenas, una ración de naturaleza, alguna que otra caminata y puede que incluso alguna foto buena. Lo importante es disfrutarlo mucho.

ritmos naturales

Últimamente estoy dedicando tiempo, a observar, estudiar y experimentar la naturaleza, esto último cuando puedo,  en todo su esplendor, me he propuesto empaparme bien de su sabiduría y aprovecharla en mi beneficio todo lo que sea posible.
Como muchos ya sabéis empecé en estas andanzas con el shinrin-yoku, aunque al final y como siempre, esta todo ya inventado, pero no por ello pierde eficacia ni interés el asunto.
Es interesante saber como funciona el mundo y resulta sencillo que la mayoría de las veces no tengamos ni idea de lo que ocurre silenciosamente a nuestro alrededor, tanto avance nos ha hecho perder el ritmo natural de la vida. No esta de más a veces volverlo a recordar. La mayoría de las veces tenemos mucho que aprender de ella.