Las cigüeñas de Aigüamolls (Escapada a las marismas II)

Segunda entrega ( aunque no la última) de nuestra visita a Aiguamolls de l´Empordá  (Clic aquí si no has leído la primera) cómo ya comenté en el post anterior, nuestra visita al parque fue más que fructífera y como a todas las salidas fotográficas, por contraproducente que sea, se suele ir con unas expectativas más bien altas, hay que decir que el balance de la nuestra no puede ser menos que positivo alto, si es que esa valoración existe.
De todas las que vimos en Aiguamolls, el ave que más me impactó fue la cigüeña, debo confesar que llevaba conmigo muchas ilusiones respecto al avistamiento de  estas aves, más que nada por la cantidad de fotos que vi por internet antes de la visita, esto me dió una pista de lo que podría encontrarme. También es posible que fuera a causa de que en la visita al delta del Leyre me quedara con las ganas de verlas de más de cerca. 
No puedo más que confirmar para futuros visitantes que es verdad, nada de postureo, que ellas no entiende de eso, las ves y de bien cerca. ( también es verdad que en ocasiones eché en falta un objetivo de más alcance, pero eso es ya pura avaricia) y ganas de acercarte todavía más. 

Silencio

Un bien preciado y aunque a simple vista fácil de conseguir nada más lejos de la realidad.
¿Cuando fue la última vez que disfrutasteis del silencio absoluto?
Hay ocasiones en las que el poco valorado silencio puede aportarnos mucho bien.
En silencio meditamos, pensamos y guardamos nuestros mayores temores.
En silencio se suele sufrir y pasarlo mal, pocas veces se expresan los dolores mas profundos y reales en voz alta.
 Aunque también  nos aporta paz, relax, meditación y conexión con uno mismo. Por eso hay que esforzarse en buscarlo ya que a veces huimos de él ya sea consciente o inconscientemente.
Una vez le dije a mi abuela que tenia la música tan alta para no oírme pensar, se lo solté así, sin más, hasta a mi me sorprendió aquella frase una vez dicha, pero era la pura realidad en aquel momento.