salir corriendo

fotografía by Jordi Picart 

Hay veces, en las que la vida, te pone en situaciones de las que parece que no vayas a salir nunca; somos incapaces de ver la salida y la verdad es que la mayor parte de la veces, la vida misma te la esta mostrando, las prisas y los miedos nos ciegan y acabamos por no verla o por renunciar a salir por ella.
Se me fue la fuerza por la boca, tanto que quedé exhausta; deje de gritar, las lágrimas se acabaron secando, ya vacía y sin aliento todo se sumió en un silencio, dejé de oír ruido fuera y se empezó a escuchar lo que había dentro.
De entre el mejunje de sentimientos, uno de ellos se abrió paso; el miedo fue el que salió primero, aunque esta vez no era uno sino dos. Dos muy grandes, dos miedos que luchaban entre si porque llevaban a destinos opuestos. Uno forzaba a correr sin destino, solo correr pero muy lejos de allí. El otro me animaba a esconderme , callar y esperar que todo hubiera pasado.
Por primera vez en la vida, el miedo a quedarse fue mayor al de aventurarse a lo desconocido. Sabido era ya de sobras lo que esperar si se quedaba, esta vez salir corriendo era más seguro que permanecer allí y volver a caer, en ese pozo en el que un día ya estuvo atrapada. 
Esta vez la experiencia le estaba recordando que el fuego quema porque ya se había  quemado antes.
Y aunque el paso del tiempo cierra las heridas, las cicatrices quedan en el alma y sólo accedemos a ellas a través de ese dolor, que te lleva a ese miedo y hay que ser capaces de sentirlo para después dar ese paso. Soltar esas cadenas qué nos atan a castillos en el aire, con ataduras de miedo.
Hay que ser capaces de mirarnos al espejo, mirar donde siempre evitamos mirar y hacernos esa pregunta a la que tanto tememos responder, solo así encontraremos la verdad. 
A veces no es necesario saber lo que queremos, basta con saber lo que no queremos. 


La llamada del bosque en otoño

A veces el cuerpo pide a voces cosas, y aunque somos expertos en hacernos los sordos, muy en el fondo,  somos conscientes de que hay que obedecer…
La mayoría de nosotros somos unos verdaderos maestros del despiste, hacían nosotros mismos, nos hacemos los locos y postergamos una y otra vez, con un montón de excusas, casi siempre muy validas, pero que al final nos acaban haciendo nada más que un flaco favor.
La naturaleza es sabia, en mi caso, como reza la frase, “la cabra siempre tira al monte” , pues ahí es donde acabo  yo, en el  monte, con la cámara de fotos y a lo que diga la suerte.., porque si una cosa tiene la fotografía de naturaleza es que por más que te prepares, nunca sabes al cien por cien lo que te vas a encontrar.
Como vengo diciendo y ya sabéis, últimamente me ha dado por las setas, que este año  han aparecido un poco pronto pero esta todo plagado, solo hay que saber buscar y si ademas las que buscas no suelen ser las más  » solicitadas» pues mejor que mejor.
¿que hay mas beneficioso que una caminata por el campo? y si ademas vuelves con alguna que otra foto guay y una tapita de setas ¿que más se puede pedir?

Granada en blanco y negro

La verdad es que no suelo hacer fotografía en blanco y negro. Tampoco es que la descarte del todo, pero si es cierto que no es a lo que más me dedique. 
La cuestión es que estas últimas vacaciones ha habido oportunidad de todo, y por tanto también de hacer pruebas, dentro de las cuales ha tenido lugar la experimentación con el blanco y negro. Aqui os dejo alguna muestra de ello.