¿A veces no notáis que habéis perdido el norte? ¿que por mas que lo intentéis, no conseguís concentraros? o ya simplemente centraros, ¿que la vida diaria con su estrés os absorbe?
Vamos corriendo de un lado para otro, todo el día con cosas que hacer y siempre postergándonos a nosotros mismos.
¿Nada nuevo no? eso es el día a día de mas de uno y de dos. evidentemente el mío también.
Cada uno tiene la capacidad de saber buscarse y ayudarse a si mismo del mejor modo posible. A veces ocurre, que en realidad siempre hemos sabido lo que nos sienta bien, lo que nos gusta, lo que nos cura, pero a veces se nos olvida.
Este ha sido mi caso con el shinrin-yoku, los baños de bosque.
La lectura de estos libros me ha recordado algo que yo, innatamente ya sabia, algo que inconscientemente buscaba porque me hacia sentir mejor, pero sin saber porque, simplemente por instinto, como cuando te tomas un medicamento pero no sabes que lleva para curarte, pero aun así lo hace, y te lo tomas por eso, pues igual.
El contacto con la naturaleza, en mi caso, siempre ha sido mas que necesario, algo que sin saber porque, el cuerpo me pedía cuando algo no funcionaba bien. (y lo sigue haciendo).
Leyendo estos libros de shinrin-yoku he llegado a entender el beneficio que me llegaba a aportar sumergirme en la naturaleza y a su vez el porque lo necesito tanto.
Mes: mayo 2018
De paradas inesperadas en las carreteras.
Se que no debería ser así, pero a veces, hay unas épocas del año más propicias que otras para sacar la cámara de paseo. Es lo qué me ocurre a mi en primavera, quizás la cámara salga más, porque también lo hago yo … el caso es que hay ocasiones, en las que hasta me cuesta seleccionar a que hacer fotos y a que no.
En primavera todo está tan bonito que prácticamente todo es válido.
Cierto es que siempre hay algo que llama más la atención. En mi caso la naturaleza y más concretamente las flores, suelen acaparar casi toda mi atención.
¿Y tu, también disfrutas de la primavera aprovechando más el tiempo al aire libre?
Descubriendo Zaragoza III; El monasterio de Piedra
Paraíso natural, donde el romper del agua te acompaña todo el camino, que no es complicado y tampoco corto.
En nuestro caso, el recorrido fue de 4,30h caminando tranquilamente y parando a hacer fotos, por el parque y media hora mas disfrutando del espectáculo de la exhibición de las aves, esto ya sentados, que buena falta nos hacia.
El lugar es ideal para senderistas, amantes de la naturaleza, fotógrafos y cualquier persona que disfrute estando al aire libre y en contacto con la naturaleza.
el frió invierno de este año se dejaba notar en arboles aun desnudos aunque algunos empezaban a florecer tímidamente.
Contrasta del parque con sus inmediatos alrededores el contraste del verde y húmedo paisajes con lo seco del entorno que lo rodea, eso puede apreciarse más al marchar, ya que al ir, por lo menos por primera vez no se imagina uno lo que se va a encontrar, a pesar de haberlo visto una y mil veces, por internet.
La gruta Iris, uno de los lugares mas pintoresco y fotografiados del parque, realmente un espectáculo maravilloso moldeado por la naturaleza a través del tiempo.