En nuestro último viaje, nuestros pasos nos llevaron a Zaragoza, ciudad con la que tenía algo pendiente; una amiga y yo lo bautizamos como “quitarse una espinita” y así fue.
A parte de eso, de cosas pendientes, era la primera vez que me iba de viaje sin apenas preparar nada, si me descuido me voy casi sin maleta, y sin hacer mi personalísima investigación previa de la ciudad.
Apenas información de cuatro o cinco cosas, eso sí, muchísima, de todas las cafeterías de la ciudad. No fue posible hacer todas las de la lista, pero a las que pudimos ir, hacían honor a su fama.
Por primera vez iba relajada, sin nada a nivel fotográfico en mente, al menos sin nada concreto, porque lo que sí que es cierto es que me empeñe en que las fotos de Zaragoza, que me llevara a casa, no podían ser las de todo el mundo.
Hace tiempo que ando detrás de sacarle punta a mis fotos, que sean diferentes, que sean realmente mi visión particular, no la visión de todo el mundo. Leía hace poco, que la razón por la que nos gusta viajar a otros lugares nuevos, es inyectarnos una dosis de novedad y emoción. Algo así es lo que me pasa a mi con las fotos, necesito algo más, siempre estoy buscando algo más. ¿Acaso no es esa la mejor forma de avanzar?
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…y entre tapa y tapa por las tardes. |
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Zaragoza se visita entre cafetería bonita y cafetería bonita por la mañanas….
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y entre tapas, cafeterías y paseos apareció él, @pablodmartin y me prestó su particular visión de Zaragoza, que tomé prestada con mucho gusto. |
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y la puse en practica tanto como pude. |