Las vacaciones, esos pocos días de relax, que pasamos tanto tiempo esperando para después estresarnos con los preparativos, volvernos locos mientras llegamos al sitio escogido en cuestión y a veces, una vez alli no saber que hacer estando parados.
No deja de ser curioso correr tanto para llegar a un sitio a descansar….
Personalmente hay cosas que me cuestan muchisimo, dejar el estres atras es una de ellas, tener paciencia es otra, (quizas relacionada) esta ultima estoy descubriendo que tiene una receta muy, muy sencilla, ya me lo temía, pero estos días la estoy poniendo en practica y funciona, tiene un solo ingrediente; el amor.
El amor te ayuda a tener paciencia, hacer las cosas con amor, poner el corazon en todo lo que haces, quererte a ti mismo y no ser demasiado exigente contigo mismo… Y con los que hay a tu alrededor.
En vacaciones es cuando tenemos mas tiempo para pasar con nuestra gente y curiosamente se suele decir que, es cuando hay más discusiones, malentendidos y peeleas… Eso tiene pinta de falta de amor, exceso de estres y nerviosismo en general.
Nos cuesta mucho cambiar el chip, bajar las revoluciones y subir el nivel de comprensión, a mi la primera, por eso valoro y disfruto tanto cuando llega el momento de coger la maleta, hacer 1000km y venirme al pueblo… Moverme tanto para venir a no hacer nada…. Nada no. Venirme a aprender, el valor real del tiempo, lo lento que pasa sin conexiones a internet, lo facil que es secar la ropa al sol, lo bien que huele el cafe recien hecho en cafetera por la mañana y que lo primero que oigas sea la voz de tu abuela por la mañana.
Hay mucho que aprender de nuestros mayores y de la vida que llevan en los pueblos, todos decimos » tendria que aprender a relajarme» pero luego cogemos el coche para llegar mas rapido a yoga…. la teoria es muy facil, como en todo, lo que cuesta es la practica, de modo wue mientras no seamos capaces de incorporarlo a nuestras vidas cotidianas, aprovechemos a tope la paz y tranquilidad e la que venimos a disfrutar en el pueblo.